“Quizás no vamos a resolver el problema global (de las listas de espera), pero para ese paciente que fue beneficiado fuimos todo y le cambiamos la vida”
La radióloga y voluntaria de Fundación Acrux, destaca el aporte que hace la institución y todos quienes la conforman, al problema país de listas de espera en salud, donde si bien no se busca solucionar, el aporte está en contribuir y llegar con la mejor experiencia a quienes más lo necesitan.
Asimismo, sostiene que una de las características diferenciadores de esta institución, es la condición de voluntariado con la cual participan todos sus asociados.
Es inevitable que la Dra. Paula Cifras no se emocione cuando se le pregunta por sus pacientes. La radióloga de 49 años llegó a Fundación Acrux en 2021, por el “boca a boca” de colegas que habían participado de operativos médicos con esta institución, y le contaron sobre su experiencia.
Y esa emoción que la invade cada vez que se refiere a las pacientes que atiende, principalmente con mamografías y ecografías mamarias, viene de la incertidumbre de cómo quedarán, en manos de quién, qué pasará con aquellas a las que les ha tenido que informar que padecen de un cáncer mamario o que existen sospechas fundadas para preocuparse.
“Cada paciente que atiendo y donde existen hallazgos preocupantes, me marca profundamente, me dejan angustiada porque no sé qué va a pasar con ellas, cuándo las van a tratar o a operar. Sin embargo, siempre me digo ´que rico que estuve ahí para ellas. Por ellas valió la pena trasladarnos y dejar a los hijos y la familia, para ayudarlas’. Yo me emociono, no hay nada que hacer conmigo en ese sentido”.
Pese a la emoción, su consuelo es el haber estado ahí para esas pacientes, en el momento apropiado para informar y alertar de algún posible peligro. “Para ese paciente que fue beneficiado fuimos el 100%. A lo mejor, en el universo de millones esperando no es mucho, pero para ese paciente es harto. Me emociona porque para ese paciente, ¡somos todo! Esa parte de la fundación en que sabemos que no vamos a resolver el problema global, pero para ese paciente que fue beneficiado fuimos todo y le cambiamos la vida, ese uno, esa paciente que tenía cáncer, que ella ni siquiera lo había sospechado, una mujer de 42 años, que no es ignorante, que no está abandonada, que no está lejana al autocuidado, ni siquiera sabía que tenía un cáncer, para ella fuimos el 100% porque si no hubiésemos llegado ahí, ella en dos o tres años no se habría diagnosticado, como me pasa a mí en los hospitales todos los días”.
Para la Dr. Cifras, el tema de las listas de espera y las oportunidades de atención que tienen los chilenos dependiendo del lugar donde viven, es impactante, lo que explica en parte el por qué se hizo voluntaria de Acrux. “En Santiago tu encuentras horas médicas o exámenes de especialidad, pero en algunas regiones eso es inalcanzable, simplemente no existen horas. En Calama o Arica si bien hay ecografías mamarias, son pocas y no cubren la necesidad existente. Entonces, llegar a esos lugares con algo tan escaso, es maravilloso”, dice.
Arica, noviembre de 2022, fue su primer operativo, y ya debe llevar unos 13 en el cuerpo con esta institución. “Es que se pasa muy bien en los operativos, el ambiente y todo es muy entretenido. Además, que me gusta que la gente voluntariamente quiera ir a resolver los problemas que tienen los hospitales públicos. Me gusta que haya gente dispuesta y disponible con las ganas, la entrega y la solidaridad de hacerlo. Encuentro súper linda iniciativa, me encanta que aquellos que empezaron con esto lo hayan concretado, y que tantos años después se mantengan y cuenten con más de 3 mil voluntarios, y que los servicios de salud también se interesen”.
La Dra. Cifras es parte del staff de voluntarios de Fundación Acrux y pese a que lleva poco tiempo, sus ganas de participar y su disponibilidad a los llamados es incondicional. “En la fundación sobran las ganas y eso se nota, ese tema de que sobran las ganas, de que nadie saca la vuelta, de que a nadie hay que presionar para que trabaje uno, dos o 10 pacientes más, todo el mundo lo hace feliz y contento, algo que no sucede en la práctica diaria, donde puede tener 20 pacientes citados y te dicen hay cinco esperando afuera y todo el mundo pone pésima cara, acá te dicen hay 10 pacientes más y no hay problema, se atienden con el mismo cariño que tuvo el primero. Es decir, el espíritu y las ganas, la entrega, eso hace que todo esto funcione.»
Agrega que “se entiende que detrás de cada uno de nosotros hay un esfuerzo enorme por trasladarte, porque estés cómodo y se retribuye con ese espíritu y esa positividad ante la adversidad y ante la realidad que se vive en las regiones. Más encima como que te exiges un poco más en adaptarte a lo que venga, lo que en otras circunstancias no sucede o sea tú dices si no es con el lápiz número cinco yo no escribo, en cambio acá puedo escribir con el cinco, con el dos y el tres también”, relata sobre el nivel de adaptación que provocan los operativos, lo que explica de la siguiente manera: “Acá solo hay entrega, no hay competencia, no hay mala onda, no hay enojo con el jefe, no hay rabias compartidas. Todo lo negativo se queda en otra parte. Acá todos estamos en positivo y se refleja en los operativos, en sus números, en cómo queda la gente, y en cómo nos reciben los hospitales”.
Asimismo, destaca la recepción y gratitud de los pacientes que reciben el beneficio. “Ellos siempre son muy agradecidos. Por ejemplo, en lo que yo hago, ellas no tienen opción de acceder, a no ser que ellas lo paguen, entonces en el fondo son súper agradecidas. Además, que llevan mucho tiempo esperando, más de uno o dos años, y uno se pregunta cómo es posible que esto esté pasando en nuestro país, que están con tantos adelantos, pero a nivel de salud pública pasa esto, entonces tenemos pacientes con atrasos enormes y por lo mismo es rico y gratificante poder llegar y resolver eso, y que esa persona sienta que a alguien le importa su espera”.
Para Cifras, el ser voluntario es solo ganancia, por el lado que se mire, y por lo mismo, invita a todos sus colegas a sumarse a esta unión de voluntades para ir en ayuda de quienes más lo necesitan. “Les diría que ser voluntario de Acrux es ganar por todos los frentes, en alguna parte ganarán algo. Sino no es en la parte de la solidaridad o de entrega de pacientes vas a ganar en la experiencia vivida, en las amistades que harás, en socializar con otros colegas, en desplazarte y salir de tu realidad por el motivo que tú quieras salir, son tantas las posibilidades de ganancia. Si dejamos de lado todo lo que es entrega de servicios, atención de pacientes, en la parte de la socialización ganas. Me tocó hablar con doctores y me decían que hace más de 10 años que no bailaban y lo habían vuelto a hacer en un operativo. Porque, además, es una ventana turística, además, porque Acrux se preocupa hasta de ese detalle de darte una ventana turística en cada viaje. Es como un regalo, es como si te llegara un ramo de flores a la casa, aquí te dicen te vamos a sacar a pasear y es que rico. Personalmente me pasa que salir a pasear significa tres niños, desayuno, almuerzo, cena baño, traslado, manejar, hotel, contratar cosas, en cambio aquí te llevan, te pasan a buscar y a dejar, te esperan y las conversaciones por el camino, todo es ganar”.
Añade que “en otro operativo donde me tocó compartir con psiquiatras infantiles, en uno de los viajes que hicimos y justo yo estaba pasando por un momento complicado, y me terapiaron todo el camino de ida y de vuelta y yo decía que maravillosa experiencia porque de verdad que me pudieron alumbrar el camino. Yo les diría a quienes aún no son voluntarios de Acrux, vívelo porque en alguno de los frentes te va a llegar esa ganancia, que obviamente no tiene nada que ver con dinero”.